top of page
Buscar

Nunca jamás o quizás Siempre será

Foto del escritor: Nerea LorenzoNerea Lorenzo

Estoy a punto de cumplir un sueño, y sin embargo tengo más miedo que ganas. Me muevo entre hacerlo realidad o dejarlo en un ojalá. Un quizás, un casi, un que habría pasado si.


No sé que viene después de conseguir algo que siempre soñaste. Y me da vértigo. Me ahogo un poquito cada vez que respiro. Siento que una parte de mí se va a morir en cuanto lo consiga. En el mismo momento en el que lo etéreo se haga tangible. En el instante en que pueda tocarlo. Cuando ya no tenga que imaginar el tacto, el olor, el sonido, el gusto.

Puede que algunos sueños deban quedarse ahí, en deseos. Para que no pierdan su encanto. Y es que me preocupa decepcionarme o decepcionar. Porque es una de esas cosas que sé que en cuanto se haga real, voy a querer que no se acabe nunca. Pero no depende solo lo que quiera yo. Es más bien cosa de dos. Aunque el otro uno no lo sepa. Y no voy a contarlo, claro. soy de esas que piensan que si cuentas un deseo, no se cumple. Cuando soplas una vela o un diente de león, una pestaña que quiere volar, una estrella fugaz que se cae, o cuando miras al reloj y son las 11:11.


No quiero despertar. No quiero despertar un día y sentir un vacío. Una parte de mi mente que se ha quedado sola, abandonada y oscura. Pero tampoco quiero quedarme sin saber que hubiera pasado si me hubiera atrevido, si hubiera sido valiente y hubiese arriesgado todo lo que conozco para adentrarme en una aventura. A pesar de saber que podía salir malparada, a sabiendas de que las probabilidades de precipitarme a mitad de un puente colgante eran más altas que de conseguir cruzarlo ilesa. Pero por pequeño que sea ese porcentaje, es mayor que 0, y eso hace que me lo piense, al menos un par de veces.


Quiero despertarme y sentir que mereció la pena. Girarme y ver a mi sueño soñar plácidamente. Aunque me robe la manta, aunque ocupe media cama. Aunque sea un borde por las mañanas. Quiero contarle a mis hijos que pase lo que pase, persigan sus sueños, porque no es lo mismo no conseguirlo desde la pasividad que desde la acción. Quiero contarles como yo me tiré por un precipicio y no solo no me maté sino que me sentí más viva que nunca.

Pero eso queda lejos. De momento quiero centrarme en mi intuición. En las señales que me manda la vida. En los refranes populares que parece que siempre aciertan, y por lo visto a la tercera va la vencida. Porque es la tercera vez que me tiro, creo. Aunque llevo preparándome toda la vida. Entrenándome para cualquier posibilidad. Estudiando distintas estrategias. Intentando convencerme de que lo importante es participar. Porque de eso va la vida supongo, de colgarte el dorsal una y otra vez. Aunque te caigas, aunque te rompas algún hueso, aunque se te pare el corazón de vez en cuando, te cueste respirar o tu alma te pida un respiro. Lo importante es llegar a la meta, sin importar que llegues tarde o que te hayas equivocado de carrera.


Creo que escribo todo esto solo para darme la fuerza que necesito para empezar a correr. Preparados. Listos. Necesito un poco más de tiempo para el “ya”. Necesito seguir saboreando un poquito más del dulce sabor del deseo. Porque no nos engañemos, por fuerte que sea el subidón de materializar lo que crees imposible, nada puede compararse a las mariposas que revolotean en tu estómago cuando fantaseas despierto.


Pido un tiempo muerto. Solo para despedirme de mi sueño, porque salga bien o salga mal, él no volverá.


25 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Anonimato

Comments


  • White Facebook Icon
  • White Twitter Icon
  • White Instagram Icon
  • YouTube - círculo blanco
bottom of page