¿Cómo describes algo que no has palpado en este mundo de terrenal? Cómo se lo explicas a esta sociedad que necesita lo material, esta sociedad en la que si no hay etiqueta ni palabra… no hay nada. Es difícil sí, pero ¿qué más da? Nadie ha dicho que haya que compartirlo todo con la sociedad. Y sin ánimo de ofender, menos mal, porque no tiene ni idea. No se imagina hasta qué punto la mente es capaz de adelantar al cuerpo por la derecha. Tanto es así que a veces no hace falta hablar. A veces no hace falta mirar. Solo sentir, nada más. Quizás ahí está el secreto, la verdad.
Últimamente me palpitan los sentimientos, se me aceleran las sensaciones, y me paralizan palabras a primera vista inocentes. Puede que sea por eso, porque lo que llega, es lo que no se deja ver, lo que va por dentro erizando tu piel, capaz de rozar tu cuerpo y robarte el aliento incluso antes de haberte tocado. A tu lado estoy aprendiendo que no hace falta que te acaricien la mano para que sea real lo que esté pasando. Me hablas con el alma, que no con la lengua, demostrándome que no hay que desgastar las ganas antes de poder quemarlas.
Así, poco a poco, vamos haciéndonos a fuego lento, que no despacio, tratando de exprimir al máximo nuestro sabor, lo mejor de los dos. Y es que ahí está el secreto, en los tiempos. Esos segundos durmiendo de más o de menos, esos minutos que le robo al reloj para seguir un rato más entre tus besos... Bueno, pues esto es lo que no voy a compartir, lo que me voy a guardar en secreto hasta que ya grite incluso el silencio. Voy en serio, esto va intenso.
A veces no hace falta hablar, dejémonos llevar.
![](https://static.wixstatic.com/media/28223cc45b8f4eb3a1454901625c49ba.jpg/v1/fill/w_980,h_653,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/28223cc45b8f4eb3a1454901625c49ba.jpg)
Comments